La utilización de la palabra política se hizo popular gracias a Aristóteles, quien escribió una obra justamente titulada “Política”, el término hace referencia a las polis griegas, que eran las ciudades estado que componían la Grecia antigua.

Según la RAE se define como: actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos. Otros diccionarios dicen: ciencia que trata del gobierno y la organización de las sociedades humanas, especialmente de los estados. Actividad de los que gobiernan o aspiran a gobernar los asuntos que afectan a la sociedad o a un país.

Me permití marcar en negrita algunas palabras del párrafo anterior para poder entender mejor nuestro lugar como cristianos, en este tema. La política está relacionada al gobierno, al orden, a la organización. Cuando nos ponemos a reflexionar en todo el contexto bíblico eso es lo que el Padre nos ha encomendado desde el Edén. Dios nos puso como administradores, por eso se dice que somos ministros, Pedro nos nombra como un reino de sacerdotes, Pablo dice que se nos ha investido de poder y autoridad, Juan nos dejó una frase impactante:

y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.

Apocalipsis 5:10

Si vemos todo lo anterior podemos decir que el cristiano es un ser político en el amplio sentido de la palabra, porque nuestra responsabilidad es el reino de Dios en la tierra.

Dentro de la iglesia hay diferentes posiciones sobre el tema. Están los que dicen: “no me interesa la política, hay mucha corrupción en ella”. Están los que opinan: “Es necesario que nos involucremos en política y tomemos un lugar protagónico en ella”. Y están los que no se deciden por lo uno ni por lo otro. Por esa razón vamos a tratar de analizar qué dice la Palabra al respecto.

Hemos sido comisionados para gobernar

El diseño original es que la humanidad, creada a imagen y semejanza del Creador, gobierne:

Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree…

Génesis 1:26

El ser humano ha sido dotado de poder desde el nacimiento mismo de la iglesia:

pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo…

Hechos 1:8

El poder y la autoridad están íntimamente relacionados, quien tiene lo uno tiene o puede tomar lo otro.

Cuando hablamos de volver al diseño original, esta comisión de gobierno debe ser retomada. Hay una responsabilidad delegada que es necesario volver a asumir, esto lo sabe la misma naturaleza:

Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.

Romanos 8:19

Un cristiano que no asume una posición de gobierno es uno al que no se le ha revelado su posición de hijo.

Pero ¿De qué tipo de gobierno hablamos? ¿Qué significa poder? La confusión surge cuando la autoridad y el poder que tenemos lo llevamos al plano natural y queremos «gobernar» a la manera de los hombres caídos. No estoy hablando en contra de militar en una agrupación política, pero el poder de un hijo no viene de allí, no depende de las alianzas políticas que consiga, de las estrategias que tenga. Cuando lo llevamos a ese plano nos estamos olvidando que José fue segundo de faraón directamente desde la cárcel, o Daniel consejero del rey de Babilonia siendo un cautivo, Moisés fue llamado a liderar al pueblo mientras apacentaba ovejas, lo mismo que David. Este argumento no es un menosprecio a la preparación intelectual, pero toda la instrucción que tengamos no nos garantiza un ejercicio sabio del poder natural que podamos conseguir.

¿Nos involucramos o no en política?

Pretender dar una respuesta generalizada no es posible, ya que, como todo, depende de las obras que el Padre haya preparado para cada persona en particular. Pero ya sea que milite o no en una agrupación política, el poder del hijo de Dios trasciende esa estructura, es mucho mayor y tiene la obligación espiritual de manifestarlo.

No es desconocido que en el ambiente de la política, mucho depende de la alianzas, de las concesiones que se hagan: «Te doy esto si me respaldas en lo otro». Es por esa razón que no es fácil para una persona que quiera mantener sus principios, rehusar involucrarse en ese sistema.

¿Entonces no tengo que aspirar a un cargo político? Si es Señor te envía, por supuesto que debes hacerlo, Daniel entró al pozo de los leones o sus amigos al horno de fuego y salieron indemnes. PERO TU AUTORIDAD NO DEPENDE DE UN CARGO.

Si los hijos ejerciéramos el poder y autoridad que poseemos, nuestras naciones no estarían como están. NO SON LAS LEYES EXTERNAS LAS QUE CAMBIARÁN AL HOMBRE Y LA SOCIEDAD.

El ejemplo de la historia

Cuando vemos la primera iglesia no encontramos hombres de influencia social, dicho por Pablo:

Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es,

1 Corintios 1:26 -28

Sin embargo, trastornaron el mundo entero, lograron cambios sociales impensados, como en Éfeso, donde debilitaron el culto a Diana o lograron alejar a multitudes de la magia y la superstición. Lo hicieron sin hacer lobby, sin discursos políticos, sin leyes de hombres. SIMPLEMENTE CAMBIANDO LAS LEYES INTERNAS DEL CORAZÓN DEL HOMBRE.

A eso es a lo que hemos sido llamados, a traer el reino de Dios a la tierra, no a imponer leyes. Aunque haya mil leyes que condenen el aborto, eso no hará que las mujeres dejen de abortar, como no se han dejado de cometer asesinatos porque haya leyes condenatorias. Lo que logrará que una mujer ame el fruto de su vientre o que alguien deje de delinquir o de asesinar es que la ley de vida se implante en su corazón.

NUESTRO MAYOR ACTO DE GOBIERNO ES LA OBEDIENCIA AL MANDATO DE IR Y HACER DISCÍPULOS, TRAYENDO ASÍ EL REINO A LA TIERRA.

Por otro lado, que se implante el Reino no depende de una forma de gobierno humano. En la actualidad veo a cristianos defendiendo formas de gobierno como si de eso dependiera el éxito del cristianismo. Si así fuera, en Irán no tendríamos el crecimiento de la iglesia que tenemos, siendo que es una república islámica, o sea, que se rige por las leyes del Corán. En la China comunista la iglesia no tendría el crecimiento que tiene. La iglesia nació en medio de un imperio absolutista, vivió y creció en medio de caprichos imperiales y las mayores injusticias sociales, pero prevaleció, solo comenzó a decaer cuando el gobierno terrenal le fue favorable.

No estoy defendiendo el comunismo, la monarquía o la ley sharia, simplemente expongo que la forma humana de gobierno no va a frenar a la iglesia, pero sí lo hará una vida cómoda y hedonista, como la que buscamos en occidente. NO HAY FORMA DE GOBIERNO QUE SEA PERFECTA SI ESTÁ EJERCIDA POR HOMBRES IMPERFECTOS Y ALEJADOS DEL PADRE. EN Cristo, una monarquía, como la de David se vuelve bendición para el pueblo y en un modelo profético perfecto: Cristo como Rey eterno.

Nuestra responsabilidad con el gobierno

Así que recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos, especialmente por los gobernantes y por todas las autoridades. 1Timoteo 2:2

Una acción que realmente puede cambiar el curso de la historia, es la oración por lo gobernantes. Mucho más a menudo de lo que quisiera me llegan burlas al gobierno, quejas solapadas (algunas no tanto) y toda clase de demostraciones de desprecio por las autoridades. Conocemos que toda autoridad es puesta por Dios, sin embargo, no es lo más común que vayamos a Él, cuando creemos que les está faltando sabiduría o rectitud.

Antes que nada son personas a las que mirar con los lentes de la misericordia, entendiendo que caminan en tinieblas, que mientras no tengan la brújula interna de la ley de Cristo, andarán en pos de sus deseos o entendimiento. Si nos irritan sus acciones, lo mejor que podemos hacer es orar por ellos, porque sabemos que nuestra lucha no es contra carne y sangre sino contra las huestes que operan a través de ellos.

Resumiendo

Somos seres políticos, pero no de acuerdo con los parámetros humanos. Estamos designados para ejercer gobierno y para ello lo mejor que podemos hacer es:
1- Predicar el Evangelio para que la ley de Cristo llegue a los corazones
2- Discipular para que el Reino sea vivido aquí y ahora
3- Orar por quienes nos gobiernan, porque es un mandato y como ejemplo de amor

Estela Ortiz

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