¿Qué es la apologética y por qué es importante hoy?

Posiblemente te haya pasado frustrarte por no encontrar las palabras para explicar tu fe, para defender tus prácticas o para rebatir mentiras que se han instalado como verdades. En lo personal he visto a mucha gente asustada por la inserción de sus hijos adolescentes o jóvenes en contextos educativos fuera de la iglesia y viéndolo como un peligro; justamente debido a la proliferación de falsas “verdades” y la fuerte influencia que tienen en el pensamiento colectivo.

Lo cierto es que nosotros estamos en el mundo, no podemos huir de él, al contrario, se nos envía a salir, el mandato bíblico no es: “que vengan”, sino: “¡vayan!”.

Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

Marcos 16:15 

La serie que comenzamos con este post tiene como objetivo que podamos ser desafiados a conocer más acerca de por qué creemos lo que creemos o hacemos lo que hacemos y poder ponerlo en palabras que den explicaciones válidas acerca de ello; que perdamos el miedo a dar explicaciones, que no nos amedrenten las filosofías imperantes, sino que el amor por la Verdad, que es Cristo mismo y el amor al prójimo sean nuestro motor impulsor.

¿Qué es la apologética?

Antes que nada, quiero citarles un versículo:

sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros;

1 P. 3:15  RV60

Honren a Cristo como Señor, y estén siempre dispuestos a explicarle a la gente por qué ustedes confían en Cristo y en sus promesas. (BLS) 

El Espíritu, a través de Pedro, nos encomendó estar preparados para defender lo que creemos, o como dice la Versión Lenguaje Sencillo: “explicarle a la gente”. Para poder ser eficientes en esto, tenemos que saber en qué creemos y por qué lo creemos, tenemos que atrevernos a preguntarnos primero a nosotros mismos acerca de nuestra fe.

La apologética es una disciplina que consiste en ofrecer y presentar defensa y evidencias de la veracidad de algo. Una apología muy famosa es la de Sócrates, escrita por Platón, la cual contiene el discurso que dijo el primero en su defensa ante el jurado por la acusación de que corrompía a la juventud y no creía en los dioses griegos. Entonces, la apologética cristiana trata de la defensa que hacen los cristianos de su fe, las explicaciones que ofrecen acerca de ella.

Tal vez, por el hecho de ser una palabra rara, te parezca que esto no es para ti, pero quiero decirte que en el original griego del versículo de 1 Pedro que citamos, la palabra defensa es justamente apología. O sea que el Espíritu coloca la responsabilidad de dar cuentas de lo que creemos o practicamos sobre todos los cristianos, lo cual te y me incluye.

¿Por qué es importante poder presentar defensa (apologizar)?

Por causa de la verdad. Te sugiero que busques en una concordancia la palabra verdad, y encontrarás que, solamente en el Nuevo Testamento figura ciento sesenta y nueve veces (en la VRV60), mientras que amor figura ciento treinta y cinco y gozo, sesenta y ocho. Cuando una palabra se repite tanto demuestra la importancia que presenta. Jesús dijo de sí mismo que Él es la Verdad. Juan nos instó a vivir en la verdad.

El tiempo que vivimos es conocido como el de la posverdad, esa palabra significa que las emociones o sentimientos acerca de algo (la subjetividad) le dan estatus de “verdad”, aun sobre los hechos objetivos y aunque estos demuestren lo contrario. Por ejemplo, basta que una mujer se “sienta” hombre para exigir que se la considere como tal y que pretenda que se tome eso como una verdad absoluta e irrefutable, sin tener en cuenta aspectos tales como la genética o la fisiología.

En nuestros espíritus debería arder el hecho de que la VERDAD sea conocida y poder desbaratar las mentiras satánicas que encarcelan a tantas personas. Y eso nos lleva al siguiente punto.

Por causa del amor. Si consideramos verdadera la siguiente sentencia:

y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

Juan 8:32 

Entonces un sentido de urgencia debería explotar en nuestro interior, en la medida que conozcamos y divulguemos la verdad, vamos a traer liberación. Fíjate que no dice: “y recibirán un milagro y serán libres”. La verdadera libertad es de adentro hacia afuera y comienza en el pensamiento (conociendo la verdad), trayendo arrepentimiento (metanoia) y generando cambio. Te doy un ejemplo del caso de recibir un milagro y de conocer la verdad: si tomamos un zorrillo, de esos que apestan cuando temen o se enojan, lo bañamos, perfumamos e introducimos en una casa donde se lo ama y cuida, eso sería un milagro, pero cuando hubiera un evento que lo estrese, el zorrillo volvería a utilizar su arma maloliente, no bastaría con el cambio externo; hubiera sido necesario un cambio de genética, o sea, interno. Eso es lo que hace la verdad, ocasiona una transformación de esencia, de tal manera que se es libre de todo lo anterior.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 

2 Corintios5:17 

No desbaratamos argumentos satánicos enojados con la gente, sino por amor a ella, sabiendo que nuestra lucha no es contra carne y sangre. No argumentamos para ganar un debate, sino para rescatar una persona, a la que Dios ama, de las garras del error. El camino más excelente es el amor, como nos enseñó Pablo.

Porque deberíamos ser capaces de rebatir las filosofías antibíblicas, como lo hicieron los apóstoles en sus cartas.

Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.

2 Corintios 10:3-5

Pablo no limita esto a los intelectuales, lo escribe a toda la iglesia de Corinto y sitúa la guerra que se libra, en el plano de las ideas y los pensamientos. En la iglesia evangélica actual, en general, pareciera que no es necesario pensar o razonar, pero hay muchos pasajes que nos muestran que Dios no nos dio el cerebro para adormecerlo sino para activarlo, desde el momento en que la orden es “amar al Señor con toda la mente” o sea con todo lo que pienso, pasando por la exhortación de “examinarlo todo y retener lo bueno”, hasta que se alaba a una congregación de las siete de apocalipsis “porque probaron a los que se dicen ser apóstoles y no los son”, vemos que Dios nos quiere activos y despiertos mentalmente.

Lo curioso del pasaje antes mencionado es que nos considera “militantes” (“las armas de nuestra milicia”), o sea gente involucrada activamente, no nos deja lugar a ser simples “simpatizantes” sino que nos catapulta a la acción concreta.

Concluyendo, tenemos que dejar de lado la pereza intelectual y avanzar hacia el conocimiento de las verdades bíblicas con fundamentación. Por supuesto que exige esfuerzo, pero acaso..¿no le hemos dicho tantas veces al Señor que somos suyos, que queremos hacer su voluntad, que iríamos donde nos enviara, etc? Si esa declaración no es solamente romántica, entonces el desafío de conocer y predicar la verdad, trayendo con ello apertura de cárceles espirituales no sería pesado sino una bendición.

La serie que estamos comenzando no es para gente mediocre, que le huye al esfuerzo intelectual, es por eso que confío que el Espíritu, que te motivó a terminar de leer este artículo, te guiará a acompañarme hasta el último post y despertará tu espíritu para ser un militante a favor de la VERDAD.

Quiero invitarte a que, mientras esperas el siguiente post, puedas preguntarte acerca de tus creencias y cuál es el origen:

¡Ánimo! ¡Vamos en búsqueda de la verdad! para vivirla y proclamarla.

Estela Ortiz

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