Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Mat 24:9-10

Jesús siempre fue directo con sus palabras, jamás “maquilló” sus enseñanzas para lograr más seguidores:

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.  Juan 16:33  

Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Mat 5:10 -11

Incluso a Pedro, su discípulo íntimo, quien compartió con Él la experiencia gloriosa de la transfiguración, le dijo:

De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; más cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme. Juan 21:18  

Sin dudas este mensaje no despertaría simpatías en la actualidad: aflicciones, vituperio, persecución, calumnias, pérdida de libertad. En nuestro tiempo hay demasiada búsqueda de lo placentero y está instalado el pensamiento que lo que me gusta me hace bien. Aún escuchamos decir: “¿Te hace bien? ¡Hazlo!”. Pero el concepto de bienestar es subjetivo, no es placentero tener un dispositivo externo rígido en uno de nuestros miembros, pero si sufrimos una fractura es necesario, hasta indispensable usarlo. No quiero, no me gusta usar ese dispositivo, pero debo hacerlo, el placer no entra en juego aquí.

¿Por qué dice que muchos tropezarán? Justamente porque no esperaban sufrir, ese sufrimiento los toma por sorpresa y los desalienta. La falsa idea de que Dios los librará de todo lo doloroso hace que no estén preparados. Los boxeadores trabajan mucho sus músculos abdominales, porque saben que tener esa masa muscular dura los hará más resistentes a los golpes de su adversario; pueden tener brazos formidables, pero si esa parte no se desarrolla, corren un alto riesgo de quedar fuera de juego al primer golpe que reciban. Jesús nos advirtió del sufrimiento para que “tensáramos los músculos” necesarios; no prometió recibir los golpes por nosotros. 

Miremos lo que dice Jesús cuando explica la parábola del sembrador:

Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. Mat 13:20-21 

Repite casi el mismo concepto de Mateo 24, hay gente que tropieza cuando vienen la aflicción y la persecución. Jesús los caracteriza como “sembrados entre piedras”, tal vez esas piedras sean las doctrinas equivocadas. 

En lo personal creo que la iglesia no será raptada antes de la tribulación, sino que estará presente en la tierra cuando esto acontezca*. Si estoy en un error, aun cuando vengan tribulaciones personales, sin ser la gran tribulación, me encontrarán preparada (mis “abdominales” espirituales podrán resistir el golpe), pero si lo que creo es cierto y la iglesia pasa por la gran tribulación, los que tenían expectativa de que no iban a sufrir, se enojarán con Dios, se sentirán defraudados y probablemente tropiecen en su fe.

Nuestra expectativa de lo que acontecerá hará la diferencia con respecto a cómo reaccionamos a ello y si salimos victoriosos o no. 

Estela Ortiz
* Recomiendo el siguiente estudio acerca de por qué creo lo que creo respecto a este tema: https://subsplash.com/frontierallianceinternat/lb/mi/+rtrkrsq