La que proclama:

Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. Marcos 16:15

Cuando se habla de iglesia gloriosa, todos queremos formar parte de ella, soñamos con lo que esa iglesia puede llegar a ser y hacer. Es por eso que quisimos hablar en pocas palabras lo que entendemos que significa ser esta clase de iglesia.

Antes que nada, la gloria que tiene no es propia, le ha sido dada:

La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Juan 17:22

La iglesia tiene una gloria que es reflejo de la gloria del Padre, se le ha dado como un gran privilegio y también una gran responsabilidad.

Porque para mantener la gloria debemos ser fructíferos:

En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
Juan 15:8

La verdadera iglesia se gloría en darle gloria. Es la obediencia lo que caracteriza a una iglesia que lleva fruto, porque está unida a la Vid Verdadera. Escucha Sus deseos y se mueve con rapidez a cumplirlos.

El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. 2 Pedro 3:9

El deseo de Dios es que todos se arrepientan, es dar oportunidad a todos. Pero ¿cómo sucede eso?

¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? Romanos 10:14

Para que haya quien se arrepienta, debe haber quien predique, Él podría hacerlo por sí solo, incluso lo está haciendo en países como Irán, hablando a la gente en sueños y visiones; pero no tendría que ser motivo de orgullo, sino que tendríamos que evaluar si no es que las piedras están hablando porque la iglesia no lo está haciendo con la rapidez y eficacia que debiera. Ir y hacer discípulos tendría que ser prioridad, eso convierte a la iglesia en gloriosa, ya que corre a cumplir el deseo del Padre.

En los relatos del segundo libro de Reyes, en los capítulos 6 y 7, vemos una cruda realidad. El ejército sirio había rodeado la ciudad de Samaria, debido a lo prolongado de la situación, dentro de la ciudad había un hambre tan atroz que se registra que unas madres estuvieron dispuestas a sacrificar a sus hijos para comérselos.

En el capítulo 7 aparecen en escena unos leprosos, quienes no pueden entrar a la ciudad por ser leprosos y están muriendo de hambre a las puertas; ellos toman una decisión temeraria, ir al campamento enemigo e implorar misericordia aun arriesgando sus vidas, ya que si no hacían nada morirían de todos modos. Al llegar al campamento lo encontraron vacío, ya que el Señor había hecho que ellos escucharan un estruendo como de gran ejército y huyeran dejando todo atrás. Estos pobres hombres comieron hasta saciarse, escondieron riquezas y luego volvieron en sí:

Luego se dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien. Hoy es día de buena nueva, y nosotros callamos; y si esperamos hasta el amanecer, nos alcanzará nuestra maldad. Vamos pues, ahora, entremos y demos la nueva en casa del rey. 2 Reyes 7:9

Vivimos en una sociedad tan hambrienta como la de Samaria en esa época, con un hambre que no se sacia físicamente. Padres están “matando” a sus hijos a través de divorcios, indiferencia, exceso de trabajo, permitiendo confusión de todo tipo y justificando el pecado. La iglesia vendría a ser como aquellos leprosos, se le dio la bendición de acceder al “alimento y las riquezas”, está saciada y plena. Pero si no reacciona y corre a dar la buena nueva, su maldad la alcanzará.

Las buenas nuevas (Evangelio) es algo que la iglesia gloriosa debe proclamar a otros:

Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio! 1 Corintios 9:16

Lo predica porque le ha sido confiado y para agradar a Dios, por amor a Él, no para agradar a los hombres:

sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones. 1 Tesalonicenses 2:4

Es un mensaje por el cual la iglesia gloriosa está dispuesta a arriesgarlo todo ya que conoce su valor y efecto:

Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él. 1 Corintios 9:23

HOY ES DÍA DE BUENA NUEVA y la iglesia gloriosa lo sabe, proclama el evangelio por amor al Padre, para complacerle y también por misericordia, porque sabe que solo en Él hay plenitud para las multitudes moribundas.