Siguiendo con el estudio de Mateo 25, a partir del versículo 14 tenemos la muy conocida parábola de los talentos. Vamos a ver que hay algunas semejanzas con la parábola anterior, detalles que refuerzan la enseñanza de ambas. Jesús es EL Maestro y sin dudas sabe cómo enseñar efectivamente. Veamos algunas semejanzas:.

Siguiendo con la dinámica que comenzamos la semana anterior, vamos a ver qué Cristo nos presenta esta parábola, pero antes dejemos aclarado cuál es el énfasis de Jesús con respecto a la enseñanza: Si una persona tiene un talento y lo ejercita, se hace progresivamente más capaz de usarlo más. Pero si tiene un talento y deja de utilizarlo, inevitablemente lo perderá.

Cristo en esta parábola:

  1. Es dueño de todo:

    En toda la Biblia hay mil tres cientos cincuenta y cuatro veces que se encuentra la palabra SEÑOR (aunque no todas se refieren a Dios). En nuestras oraciones es muy común que llamemos a Dios de esa manera. Pero al ser una palabra tan común corremos el peligro de perder el sentido de la misma. Señor es la traducción al español del vocablo griego kurios y significa el que posee autoridad y poder. Si bien la parábola habla de “un hombre”, este hombre tiene siervos (esclavos) y tiene bienes (se puede traducir hacienda o posesiones), eso lo convierte en un amo y el sentido aquí está reforzado por Mateo 24:45-47.

    La iglesia ha ido descubriendo al Padre, al Amigo, al Salvador y eso es muy bueno, mientras no nos olvidemos del Señor (del AMO). Como todas las facetas de Dios, para esto es necesario que se nos revele y que aceptemos esa revelación; en el caso de Tomás, recién cuando pudo tocar las llagas del Señor se le abrieron los ojos a su inmenso poder, es curioso que le había visto hacer y enseñar tantas cosas, pero recién ve su autoridad cuando se percata que ha sido capaz de vencer a la muerte y entonces exclama:

Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Juan 20:28 

Reconocer a Dios como Señor nos pone en la posición de siervos, algo que no debemos perder, aunque nos sepamos hijos, porque

“mientras el heredero es niño en nada difiere del esclavo” (Gálatas 4:1).

Otras versiones dicen: “mientras el heredero es menor de edad no se diferencia de un esclavo”. Somos llamados a alcanzar la estatura de Cristo, pero esa madurez será completa cuando Él regrese, mientras tanto somos hijos y tenemos privilegios como tales, pero debemos reconocer al que es Amo y Señor de todo.

La palabra que se usa para siervo en este pasaje es doulos, que es el que tiene la categoría más baja entre los esclavos, más inferior en la escala de la servidumbre. Esto nos lleva a la segunda faceta de Dios en esta parábola.

  1. Es un Dueño que confía en sus siervos, les da libertad de acción.
    Es SU hacienda, SUS bienes, SUS posesiones, sin embargo, lo entrega a sus siervos, otras versiones traducen como: “les confió”, “los puso a cargo”, “les encomendó”. No les dio mayores directivas, pero les dio a administrar lo que es suyo.

Si nos vemos a nosotros mismos como siervos (y los más bajos en la escala de servidumbre), si entendemos que TODO le pertenece y proviene de Él, eso nos lleva a otro grado de responsabilidad.

Todo lo que es bueno y perfecto desciende a nosotros de parte de Dios nuestro Padre…Santiago 1:17 NTV

NO SOY DUEÑO DE NADA,
SOY UN SIERVO QUE ADMINISTRA

  1. Es un Dueño que conoce a sus siervos:
    Vemos que le dio a cada uno según sus capacidades. No les dio algo que no pudieran administrar, el Señor es excelente en recursos humanos, desde la eternidad ya nos hizo una “entrevista laboral” y sabe qué asignar a cada uno, su obra no será pesada ni irrealizable, solamente tenemos que creer en que ya tenemos en nosotros todas las capacidades necesarias para realizar nuestra asignación. El siervo improductivo declara con sus palabras qué fue lo que lo paralizó, el temor. En Mt 25:25 dice: “tuve miedo”. Tenías las capacidades, pero un ánimo temeroso lo paralizó, ese miedo venía de tener un conocimiento distorsionado acerca del Amo.
  1. Este amo no castiga el fracaso sino la inacción:
    Lo que le recrimina al siervo inútil es no haber hecho nada, tengo la convicción que, si este hombre se hubiera arriesgado y hubiera perdido los bienes, no sería tan duramente regañado. El Amo pide lo mínimo, por lo menos los intereses bancarios, algo que le habría costado casi nada de esfuerzo.
  1. Es un amo justo que premia el esfuerzo:
    No es que le interese lo que recibe de las acciones de los siervos, cinco talentos, a precio de hoy serían más de cien mil dólares, sin embargo, dice: “sobre poco has sido fiel”. Lo que le interesa es ver cuán comprometidos estamos con lo que Él nos encomienda, esto me trae a la memoria: “Pedro, si me amas, apacienta mis ovejas”. El siervo que conoce la grandeza del Amo, que se le ha revelado su verdadero carácter, su justicia, la confianza que ha depositado sobre nosotros, sus siervos, no podrá estar inactivo, será productivo por amor.

    Y eso será premiado permitiéndosele participar de la felicidad del Dueño, entrando a su festejo. ¿Buscas el gozo? Quizás deberías esforzarte más en hacer productivo lo que Él te dio, cuando dice que el reino de Dios es “gozo en el Espíritu”, es justamente eso, que si el Señor verdaderamente reina y somos obedientes, se nos introduce en ambientes de gozo, es un secreto espiritual.

Conclusión: Él es DUEÑO DE TODO, todo lo que tengo le pertenece, hasta lo más mínimo, simplemente se me ha dado para que lo administre.

Haz una lista de todo lo que disfrutas y reconoce que todo es del Señor, que eres administrador de tu matrimonio, hijos, bienes materiales, talentos naturales, dones espirituales, amistades, discípulos… Medita en cada cosa para ver cómo puedes ser más productivo y ¡Ponte manos a la obra! ¡Es mi deseo que seas introducido en el lugar del gozo del Señor!