» Ustedes serán llevados presos, y entregados a las autoridades para que los maltraten y los maten. Todo el mundo los odiará por ser mis discípulos. Muchos de mis seguidores dejarán de creer en mí; uno traicionará al otro y sentirá odio por él. Llegarán muchos falsos profetas y engañarán a muchas personas. La gente será tan mala que la mayoría dejará de amarse.» Mateo 24:9
Si bien la parábola del trigo y la cizaña está en el capítulo trece del evangelio de Mateo, en ella se muestra, en parte, lo que luego se nos dice en el pasaje que mencionamos anteriormente. Habrá confusión dentro de la iglesia, porque muchos de los que no estaban preparados sucumbirán, terminarán renegando de la fe y traicionando a sus hermanos, hasta el punto de llegar al odio. Sumado a eso habrá, dentro de la iglesia, falsos profetas que tratarán de engañar, si es posible aun a los escogidos. En los postreros tiempos el trigo y la cizaña crecerán juntos.
La cizaña es muy parecida al trigo y al crecer, enreda sus raíces con las plantas que la rodean, de modo que al arrancarlas se puede perjudicar los otros cultivos. Es por eso que solo en tiempo de cosecha y a mano, se hace esa separación, ya que se puede diferenciar una planta de la otra por el grano (“por sus frutos los conoceréis”). El Señor aclaró que esa separación la haría Él, al final de los tiempos. Pero en los momentos de confusión habrá gente queriendo hacer esa tarea, les va a asustar ver cuánto crece la cizaña, sin darse cuenta que el trigo también sigue creciendo.
Estar preparados para vivir los tiempos previos a la venida de Cristo requiere que podamos entender esto, no podemos invertir nuestra energía tratando de exponer la cizaña, sino ayudando a que el trigo crezca. Hay hermanos, que tal vez sean bien intencionados, denunciando a uno y otro, tratando de exponer el error que creen ver; tal vez lo que denuncian sea cierto, probablemente sea cizaña lo que señalan, pero no tienen en cuenta que hay trigo que tiene sus raíces enredadas a esa cizaña y puede salir perjudicado. Si por sacar la cizaña, que no se me mandó sacar, termino perjudicando el trigo, voy a tener que dar cuenta de ello.
¿Qué hacemos entonces cuando vemos la cizaña crecer?
- Orar por aquello que creemos que es cizaña, hay gente que obra de manera equivocada por su inmadurez (y no es cuestión de edad, cargo o título) y no por maldad deliberada.
- Activarnos en cuidar las ovejas, amemos, alimentemos, seamos refugio para otros.
- Interceder, muchas veces la raíz de querer hacer nosotros las cosas está demostrando nuestra incredulidad en que Dios lo hará.
- Tener paz. El Señor sigue en su trono, Él sigue en control.
- Ejercitarnos en el amor.
Dijo el apóstol que los postreros tiempos serán peligrosos, pero los hijos de Dios nos preparamos con Sus armas para estar de pie en la hora de Su venida.