No te asustes por los sufrimientos que vienen. Escucha, el diablo va a meter a algunos de ustedes en la cárcel para ponerlos a prueba. Van a sufrir durante diez días, pero sigue firme en tu fe, incluso si tienes que morir. Si no renuncias a tu fe, yo te premiaré con la vida eterna.

Apocalipsis 2:10 PDT

Hay una idea dando vueltas, aun entre los cristianos, de que los hijos de Dios tenemos asegurada una vida terrenal de felicidad, satisfacción, libre de dolores. Pero eso jamás fue prometido por Dios, al  contrario:

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

Juan 16:33

Jesús nos advirtió acerca del sufrimiento, pero juntamente con esto nos dice que miremos su ejemplo: Él ha vencido a ese mundo que nos causa aflicción.

El dolor es parte de la vida, en algún momento perderemos algo o alguien, tendremos algún tipo de frustración, seremos incomprendidos o malentendidos, nos atacarán, herirán o despreciarán. Y eso también fue anticipado por Jesús 

Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

Mateo 5:11-12

No estamos haciendo una apología del masoquismo. No decimos que debemos autoflagelarnos, esa no es la idea del sufrimiento cristiano. 

Hay dos grandes causas de sufrimiento: 

1- El que es causado por el propio pecado del hombre: por ejemplo un hombre engaña a su esposa y por ese acto de adulterio la familia se disuelve trayendo sufrimiento al adúltero, a la esposa engañada, a los hijos y aún a los cónyuges e hijos de los hijos porque hubo un mal modelo de padre y de familia. Todo ese sufrimiento es causado por el hombre. 

2- El sufrimiento por seguir, servir y obedecer a Cristo: por ejemplo la pérdida de trabajo por no querer hacer las cosas deshonestas que se piden en ese lugar.

El sufrimiento es inevitable, porque nadamos contra la corriente del mundo y es inevitable el choque. Pero cada choque nos hace más fuertes, más sabios, más maduros. Cada prueba por la que pasamos es una oportunidad de conocer más a nuestro Padre, de crecer en fe viéndole actuar en nuestro favor.

La iglesia primitiva sabía esto, no encontramos registros de personas desilusionadas por haber sido defraudada por Dios. Ellos sabían, desde el primer momento que volverse cristianos los haría vulnerables a la ira del imperio, aun así la iglesia no dejaba de crecer. 

El consejo que se da a Esmirna no es a no sufrir, sino a no temer el padecimiento . En la medida en la que estemos preparados será más fácil sobrellevar el dolor. 

Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese,

1 Pedro 4:12

Pensemos en nuestra vida como una carrera de maratón, si nos preparamos para correr cuarenta kilómetros y luego se nos pide hacer una carrera de doce, tendremos resistencia de sobra. Pero si entrenamos para correr dos, no completararenos los doce. De la misma manera, si nos preparamos para entregarlo absolutamente todo por Cristo no sufriremos tanto al perder algo, porque en nuestro corazón ya lo habíamos sacrificado en el altar. 

El temor tiene su raíz en el pensamiento de que algo malo va a acontecer y no tendré las herramientas para impedirlo o superarlo. Pero quiero darte una buena noticia: no importa lo malo que vaya a suceder, tienes LA herramienta para superarlo, tu Padre está contigo. Y eso es más que suficiente. 

No nos refugiamos en nuestra propia fortaleza o sabiduría. Nos refugiamos en nuestro Lugar Seguro, en nuestra Torre Fuerte, nos cobijamos bajo sus alas y nos dejamos abrazar por el Consolador. 

Deja una respuesta