¿Alguna vez, al leer el libro de Apocalipsis tuviste la idea como si los capítulos dos y tres no tuvieran nada que ver con el resto del libro? Y, en realidad, no has estado muy errado, la clave la tenemos en :

Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.

Apocalipsis 4:1

Lo que sucede en los tres primeros capítulos, acontece en la tierra, mientras que todo lo demás Juan lo ve «desde arriba», ya que «subió», y lo pongo entre comillas porque no es un plano natural sino espiritual, superior.

En el primer capítulo tenemos la preparación de Juan para recibir la revelación, el encuentro con el Cristo glorioso, esa visión que lo cambiaría para siempre.

En los capítulos dos y tres tenemos a la iglesia. Siete, simbólicamente significa totalidad; es la totalidad de la iglesia recibiendo la observación correctiva de Cristo, el cual se muestra multifacético, de acuerdo a lo que a esa iglesia, en particular, le hace falta. Había muchas más congregaciones, aun en la misma península de Anatolia, donde están las siete que se registran en el texto, no es que estas fueran más importantes sino que veremos que cada una de ellas tenía un aspecto que será necesario revisar hoy para estar aprobados en Su venida.

Podemos decir que en esos dos capítulos tenemos a la iglesia preparándose, purificándose para lo que vendrá. Recibiendo la dirección necesaria para salir triunfante. En esta serie veremos:

Vamos a meditar, a través del estudio de estas iglesias en las cosas que debemos corregir, afianzar, conseguir mientras Cristo prepara Su regreso.

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