No hay sucesión de herencia más importante en la Biblia que Abraham, Isaac y Jacob. De hecho que en muchos momentos son “el apellido” de Dios, cuando Él mismo se presenta como el Dios de Abraham, Isaac y Jacob.
Sin embargo, lucharon con algunas cosas:
- Infertilidad: Sara era estéril (Gen 11:30). Rebeca, la esposa de Isaac, también era estéril (Gen 25:21) y Raquel, esposa de Jacob también era estéril (Gen 29:31). La infertilidad que batallaba contra la palabra de Dios sobre esta familia, los visito 3 generaciones seguidas.
- Carácter Fuerte y Dominante: En Gen. 16:2 vemos como Sara, se cansa de esperar y toma la promesa de Dios “en sus manos” y hace que Abraham intime con Agar (la sierva de Sara), con la intención de tener a ese hijo de la promesa a como dé lugar. Pero después le desagrada Ismael (el hijo de Agar) y los echa a los dos al desierto.
Luego en el cap 18:12 Dios le dice a Abraham que va a tener un hijo y Sara se ríe. Cuando Dios le pregunta a Sara porque se ríe, ella dice que no se rió. En Rebeca vemos el mismo carácter fuerte, ya que ella montaba a camello, cosa que no era costumbre en las mujeres de la época, tampoco tenía el velo puesto como usaban las vírgenes del momento.
El carácter de Sara fue tan dominante que Isaac lleva a Rebeca a la tienda de Sara en la noche de bodas, a pesar de que Sara había muerto muchos años atrás.
Isaac repite la misma historia con Jacob y Esaú. Isaac amaba a Esaú, pero Rebeca amaba a Jacob, y eso fue suficiente para que el bendecido sea Jacob. Cuando Jacob tuvo que elegir esposa, eligió a Raquel que era pastora (un trabajo de hombres) Gen. 29:9. Raquel determinó que el hijo elegido era José y fue José entonces el elegido por sobre los demás hijos de Jacob.
Así vemos que cada generación lucho con lo mismo. Los hijos que heredaron no fueron los primogénitos como Dios había establecido.
Vemos en Gen 48:8 como José tiene la capacidad de poner fin a la herencia. José es el tipo de persona que no solo dice basta, sino que también dice hasta acá! No hay tribu de José porque el día de la bendición, él decidió ceder la bendición para su próxima generación.
Cuando no estás sano, pensás que todas las bendiciones que existen son para vos, pero en la palabra dice que los sabios dejan la bendición para la siguiente generación. Cuando a Jose le toca ser bendecido, se da cuenta de que hay algo más alto que él, pero en vez de tomar la bendición, la cede a sus hijos.
Hay veces que nos toca hacer la pelea de generaciones y hacer lo que haya que hacer para que tus hijos no vivan lo mismo que vos y tus antepasados.