Vemos en la historia de Jacob, como muchas veces podemos caminar en los hábitos de antes, aun habiendo nacido de nuevo. Pero nosotros caminamos con un Dios que nos libra del engaño, caminamos con un Dios que nos trae revelación y sabiduría sobre quien es Él y también revelación de quienes somos nosotros, como decía David: “mi embrión vieron tus ojos”. Dios nos dio nombre, propósito y misión, aun cuando nadie nos conocía, Él ya nos conocía porque Dios ve más allá.

Dios nos trae revelación acerca de lo que debemos hacer, de quienes somos delante de él, y para que podemos ser usados y como es la vida que podemos vivir. Él trae libertad del engaño.

Hay voces que se van a querer levantar para combatir lo que el Espíritu Santo dice que eres y para qué puedes ser usado por Dios. Como cristianos, muchas veces nos encontramos viviendo por debajo de lo que Dios dijo, por escuchar las voces de aquellos que hablaron cosas que no son las que Dios estableció sobre nuestras vidas.

“Y ellos le contaron todas las palabras de José, que él les había hablado; y viendo Jacob los carros que José enviaba para llevarlo, su espíritu revivió. Entonces dijo Israel: Basta; José mi hijo vive todavía; iré, y le veré antes que yo muera”. Génesis 45:27-28

Cuando Jacob recibió la noticia de que Jose estaba vivo y no solo que estaba vivo, sino que era el Señor de la nación más importante de aquel momento, vemos como que él dice BASTA a esa angustia que estaba viendo hacía 25 años, y en ese momento la biblia vuelve a llamarlo de Israel. No solo dice basta, sino que también toma una acción: “ir y ver”.

Es tiempo de decir BASTA a aquellas cosas que has estado viviendo fuera de lo que Dios dice sobre tu vida, sobre tu identidad en Cristo y sobre tu propósito. Y al decir basta, tomar una acción que te lleve a caminar en libertad.