Este pasaje que comenzaremos a estudiar es muy conocido ya que es la escatología* de Jesús, son sus palabras con respecto a algo que, en general, nos mueve por diferentes razones.
Hay una curiosidad innata en el hombre por conocer el futuro, eso se hace patente entre los incrédulos si vemos la cantidad de formas de adivinación a la que recurren y entre los hijos de Dios no es diferente, deseamos conocer el futuro; es por eso que nuestro Padre dejó escrito acerca de los tiempos de fin, para que nadie nos engañe, si es que leemos y creemos en su Palabra.
El pasaje comienza con los discípulos mostrando el templo a Jesús, seguramente con una mezcla de orgullo y admiración por la grandeza de la edificación.
Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo.
Mateo 24:1
A lo que Jesús les responde que en el futuro no quedaría nada de ese imponente lugar.
Esto dispara la curiosidad de sus oyentes y genera la pregunta que dará lugar a una de las enseñanzas clave de Jesús, que nos permiten entender lo que ha de venir.
Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?
Mateo 24:3
Esas preguntas son centrales para los que tenemos certeza de que Cristo ha de volver, como la tenían los discípulos.
Jesús les responde a esto y les da muchos detalles de su venida, cosas que son muy importantes de tener en cuenta y que trataremos de ir analizando en esta serie. Lamentablemente nos hemos entretenido con las señales, desarrollando temores, poniendo nuestros ojos en los eventos catastróficos y la persecución; dejando de lado el hecho central que es el regreso de Cristo.
Hagamos una analogía, cuando una pareja se entera que espera un nuevo hijo, usualmente hay alegría, festejo, planificación: piensan nombre, planean su habitación y cómo reacomodarán su vida ante ese evento. Si lo pensamos bien, esa noticia implica que la mujer tendrá dolores de parto en algún momento, pero la alegría de lo que viene deja todo eso en segundo plano. La lectura de la palabra sin la asistencia del Espíritu Santo ha hecho que leamos con temor y que la palabra apocalipsis, que en griego significa revelación, se resignificara para nombrar a las hecatombes, los desastres más grandes.
Antes de comenzar este estudio dejaremos algunos puntos aclarados al respecto de los últimos días:
- Dios no ha pensado jamás en abandonar al mundo, sino que le ha dado rienda suelta hasta el momento de su intervención definitiva. SON LOS DÍAS DE LA INTERVECIÓN DE DIOS, algo por lo que hemos orado tantas veces.
- A pesar del aumento de la maldad, Dios manifestará su amor, que excede a su ira. SON LOS DÍAS DE LA MANIFESTACIÓN DEL AMOR SALVADOR DEL PADRE.
- La moral humana se desintegrará, pero Dios no piensa en la aniquilación sino en la re-creación. SON LOS DÍAS DEL ALUMBRAMIENTO DE UNA NUEVA CREACIÓN, redimida y santificada.
- Dios aplicará su justicia, pero no es punitoria para sus hijos, sino de la manifestación de una relación tan profunda como nunca ha sucedido. SON LOS DÍAS DE HABITAR MÁS CERCA DE SU CORAZÓN.
Todo lo anteriormente mencionado nos tiene que llenar de expectativas acerca de lo que vendrá. No vamos a mirar los eventos finales desde la perspectiva del temor sino del ansiado retorno de nuestro Amado.
¡Te invito a que nos acompañes en este desafiante recorrido por los versículos de Mateo 24!